Ya habíamos visitado el condado de Flandes y era el momento de visitar la capital holandesa. Nos preparamos y nos informamos para saber qué ver en Amsterdam en 3 días.
Habíamos pasado el fin de semana en Bruselas así que teníamos que desplazarnos a Holanda. Una de las mejores opciones para llegar a Amsterdam es el autobús, nosotros elegimos la compañía Flixbus, el precio de ida y vuelta fue de 20€. La distancia que separa ambas ciudades es de 3 horas aproximadamente.
Día 1
Llegamos a la estación de Sloterdijk en torno al mediodía, cogimos el tranvía y fuimos en busca de nuestro hotel. Nos alojamos en el albergue Stayokay, situado al lado del famoso parque Vondelpark. Habíamos contratado una habitación con baño privado por lo que nos alojaron a los dos solos en una habitación de cuatro.

Una vez acomodados nos dirigimos a explorar la ciudad. El primer paseo nos llevó al famoso mercado de las flores, conocido con el nombre de Bloemenmarkt. Una de las paradas más populares para los turistas, te encontrarás muchísimos tipos de flores, plantas, semillas y por supuesto tulipanes de todos los colores (¡Hay hasta 700 clases!) . Está abierto todos los días y es una visita obligatoria en Amsterdam.
Siguiente paseo: directos hacia el famoso barrio rojo, uno de los barrios más conocidos de toda Europa y, probablemente, del mundo. En holanda la prostitución es legal y está regulada desde 1911. Las mujeres del Barrio Rojo son autónomas que alquilan el escaparate en el que trabajan pagando hasta 300€ al día y tributando por ejercer la actividad. Si estás más interesado sobre el tema puedes visitar el museo de la prostitución, red light secrets, el precio es de 10€ por persona aunque si sufres de claustrofobia es un lugar muy estrecho para la cantidad de gente que lo visita.
Una vez visitado el barrio rojo estábamos tan hambrientos que nos decantamos por ir a almorzar a un restaurante de comida rápida cerca del Museo Nacional de Ámsterdam, Rijksmuseum.
Estábamos cansados del viaje y el frío de la ciudad cerca de sus canales había agotado nuestras fuerzas, (era además el quinto día de nuestro viaje, ya habíamos explorado Bruselas, Gante y Brujas) así que decidimos ir al hotel a descansar y recargar las pilas para otra tarde de caminata.

Cuando nos levantamos, tomamos un café y nos dirigimos al centro de la ciudad. Viajar en épocas navideñas tiene mucho encanto: en las calles suenan villancicos, hay pistas de patinaje sobre hielo y las luces navideñas decoraran la ciudad y las casas, por lo que soportar un poco de frío estaba compensado.
Nos dirigimos hacia la Plaza Dam, la plaza más importante de la ciudad dónde podrás encontrarte una gran cantidad de artistas callejeros. Ámsterdam, cuenta con más de 100 canales, visitamos el museo de la prostitución, regresamos durante la noche al barrio rojo y entramos en coffee shop para ver cómo eran estas famosas cafeterías donde se permite la venta al público de marihuana y productos derivados. Esto es posible gracias a la política de drogas blandas bajo ciertas condiciones. En este link te dejamos toda la información. Nos tomamos un refresco y decidimos que si queríamos seguir el ritmo, mejor no consumir nada especial.

Eran ya las 10 de la noche y no habíamos cenado, estaba todo cerrado, Amsterdam es una ciudad turística pero europea al fin y al cabo, con lo cual no esperes que los restaurantes cierren la cocina a altas horas. Tras caminar un buen rato nos encontramos un restaurante italiano dónde nos atendieron a pesar de que el dueño estaba haciendo la caja. El restaurante era La Piccola Trattoria Da Tonino. Nosotros lo recomendamos porque nos atendieron genial cuando ya era claramente la hora de cerrar y el plato de pasta y la pizza que comimos estaban bien hechos, al estilo italiano. No obstante, hemos visto que hay bastantes quejas de clientes descontentos así que queda a tu criterio.
Día 2
Cogimos fuerzas para afrontar el día con energía y alquilamos unas bicicletas en el mismo hotel. Fue lo mejor que pudimos hacer. Te recomendamos alquilar bicicleta todos los días que estés en la ciudad. El precio por día/ persona fue de unos 12 €. ¡Esta ciudad está hecha para ser pedaleada! Además, puedes dejar candada la bicicleta en todos lados.
Para calentar y adaptarnos al caos de las bicicletas (los locales están tan acostumbrados que van como aviones) decidimos tener una primera toma de contacto en el Parque Vondelpark. Un parque que recomendamos, sobre todo para dar una vuelta en bici. Tiene un montón de aves distintas viviendo en él.
Con las piernas calientes y con un control de manillar aceptable pusimos rumbo a nuestra primera parada: El Molino de Gooyer, en su día se utilizaba para moler harina, a sus pies se encuentra la famosa cervecería Brouwerij ‘t IJy. Continuamos por el Museo Demo, al que se puede subir para tener una excelente panorámica de la ciudad.

Continuamos hacia La Openbare Bibliotheek (OBA), una biblioteca pública impresionante que cuenta, además de con miles de libros, ordenadores, salas de estudio y cubículos para abstraerse leyendo, con un precioso mirador, o eso habíamos leído, desafortunadamente estaba en obras cuando llegamos nosotros y no pudimos apreciar la panorámica. A pesar de ello el pase no fue en balde ya que, otra cosa con la que cuenta este edificio es con un buffet estupendo en la octava planta.
Una vez retomadas fuerzas, volvimos a coger la bicicleta y paseamos tranquilamente por el centro de la ciudad, por la preciosa Plaza Leidseplein y por el Museumplein Park dónde está el tan turístico y fotografiado cartel de «I love Amsterdam» además de una pista de hielo y varios museos como el dedicado al artista holandés más famoso: Vincent Van Gogh.

Amsterdam de noche, las calles rebosaban navidad con villancicos , luces de colores, gente haciendo las primeras compras … ¡Un paseo de película!
Si vas a estar unos días de visita por esta preciosa ciudad, la bici es el mejor medio de transporte y no nos importa repetirnos. No dejes pasar tu visita a Ámsterdam sin alquilar bicicleta al menos un día. Eso si, acuérdate de candarla bien ya que se recuperan entre 12.000 y 15.000 bicicletas al año de los canales y no todas se caen sin querer.
Día 3
Era nuestro último día, esas últimas horas las destinaríamos a comprar algunos souvenirs en el mercado de las flores y recorrer sus canales, a pesar del frío de noviembre.
Las maletas las habíamos dejado en el hotel. Si decides alojarte en el mismo hotel que nosotros te avisamos que dejar tu equipaje en consigna cuesta dinero (unos 2€),algo que nunca nos había pasado.
Nuestro viaje estaba llegando a su fin, cogimos el autobús en la estación de autobuses de Sloterdijk y nos dirigimos a Bruselas, el lugar dónde pasaríamos nuestra última noche antes de regresar a España.
Si en tu tercer día tienes más tiempo que nosotros nuestro plan ideal sería acercarse de nuevo por el MuseumpleinPark y llenarse de cultura en los varios museos que allí se encuentran.
Casi se acababa este viaje pero nos íbamos con muy buen sabor de boca, el poco tiempo que habíamos pasado en esta preciosa ciudad lo habíamos aprovechado realmente bien. Os recomendamos muchísimo la capital holandesa, ¡una de las más divertidas de Europa!
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