¿Qué ver en cuatro días en el norte de Portugal?

Hoy os traemos qué ver en el norte de Portugal, un país tan cercano a España y tan desconocido para muchos de nosotros. Perfecto para aquellos que tengan ganas de conocer lugares no tan masificados y con mucho encanto.

En esta publicación te contaremos nuestra ruta en coche por el norte de Portugal en temporada baja, lugares que no deberás perderte, resolveremos tus dudas sobre los peajes portugueses, y algunas curiosidades de las ciudades que visitamos.

Primer día, entrando por el norte.

Viana Do Castelo

Una de las mayores preocupaciones para los turistas a la hora de viajar a Portugal es saber como funcionan los peajes, en este link encontrarás todas las respuestas a tus preguntas.

Teníamos claro que la primera parada sería Viana Do Castelo, nos informamos y sabíamos que a  la entrada del pueblo nos encontraríamos con un área de servicio donde poder adquirir la EASYTOLL (nuestra elección para los cuatro días), simplemente tendrás que asociar en una máquina tu tarjeta de crédito con la matrícula de tu coche  y automáticamente se descontará de tu tarjeta el importe de los peajes. Para nosotros es la mejor opción si pasas más de un fin de semana en Portugal. Además, en este link podrás comprobar si te han multado o no.

Llegamos a Viana Do Castelo en torno a las 13:30 muy hambrientos así que directos fuimos a comer al Restaurante Marqués, una especie de taberna muy tradicional donde los locales disfrutaban de su almuerzo. Ten en cuenta que solamente hay dos platos en la carta: Bacalao o una especie de Lomo adobado, ¡súper rico y cada plato costaba únicamente 6€!

Después de comer recorrimos las calles de este pequeño pueblo portugués, tomamos un café y cogimos el coche para visitar el lugar más emblemático el Santuario De Santa Luzia.

Santa Luzia, Viana Do Castelo
Desde el monte de Santa Luzia podrás contemplar unas vistas impresionantes sobre la costa y el valle del Lima

Braga

La tercera ciudad más grande de Portugal y de la que habíamos recibido mejores reseñas. Nos alojamos en un hotel muy céntrico con una estupenda calidad-precio (28€ la noche), MicroRent Rooms.

Ese día no teníamos un plan en concreto así que decidimos dejarnos llevar y disfrutar de un pequeño paseo. La primera parada fue el famoso cartel de «Braga», continuando por la calle más emblemática llena de pequeños negocios y cafeterías,  la plaza de la república y sus arcos, los preciosos jardines de Santa Bárbara donde al fondo encontramos un enorme castillo y el arco da Porta Nova.

¡Por fin llegaba el momento de  aprender unas palabras en portugués!,  «una caneca, obrigada», «una pinta, gracias» nos relajamos en un bar para disfrutar de una Super Bock y descansar unos minutos.

Era la hora de cenar, esa noche lo hicimos en un restaurante que tenía buenas reseñas en TripAdvisor y que parecía muy bonito gracias a su decoración pero lamentablemente la comida no estaba nada buena.


Segundo día, vuelta a los inicios.

Braga

Nos levantamos, cogimos el coche y nos dirigimos hacia el Monasterio de Bom Jesus do Monte un lugar de peregrinaje ubicado a unos 5 km del centro de Braga.

Su característica más prominente son las enormes escaleras que tendrás que subir para llegar a la cima y contemplar el monasterio. Si prefieres evitar la subida tendrás la opción de utilizar el funicular.

Dimos un pequeño paseo por la colina donde encontrarás lugares muy curiosos como una cueva, fuentes muy diferentes entre si , un pequeño lago donde poder alquilar barcas y un enorme árbol con ramas caídas.


Vila Do Conde

Una pequeña ciudad pesquera situada al Norte de Portugal a 40 minutos en coche de Braga. Nada más llegar a Vila Do Conde te llamará la atención el acueducto de Santa Clara, el segundo más grande de Portugal formado por 999 arcos.

Como te mencionamos al principio de la publicación viajamos a Portugal a principios de enero por lo que ir a la playa y darnos un baño no estaba en nuestros planes a pesar del buen tiempo.

Surferos en Vila Do Conde
Vila Do Conde es una de las ciudades más populares de Portugal para hacer Surf

Lo que hicimos esa mañana fue dar un paseo por la playa mientras nos sorprendíamos con las gigantescas olas.


Oporto

A pesar de haber visitado Oporto en varios ocasiones no podíamos dejar de visitar la ciudad que fue el origen de este blog de viajes.

Aquí, podrás encontrar cada detalle de la ciudad y entenderás la razón de querer volver de nuevo a esta ciudad portuguesa.

Dejamos las cosas en el hotel y nos dirigimos al centro para recorrer las calles de la ciudad.

La primera parada fue la estación de Sao Bento, queríamos volver a disfrutar de sus  murales de azulejos.

Murales de la Estación de Sao Bento
Los azulejos forman murales que representan momentos históricos de Portugal

A continuación caminamos por la zona de la Rivera a orillas del río Duero mientras aprovechábamos el estupendo día soleado que estábamos teniendo. Nos sentamos a tomar una cerveza en una aceitunería en la que ya habíamos estado. ¡Te recomendamos probar todo tipo de aceitunas! ¡deliciosas!

Después de casi una hora sentados al sol, cruzamos el puente y tomamos dirección hacia Vila Nova Do Gaia. Se nos hizo tan tarde que tuvimos que comer en un restaurante muy turístico: el Restaurante Sancho Panza, un restaurante que tenía unas vistas preciosas del río y de la ciudad y la comida estaba rica. Destacar que el aperitivo que parecía de cortesía (no lo pedimos) nos lo cobraron.

Esa tarde compramos sourvenirs, visitamos los puntos de interés, callejeamos por sus estrechas y coloridas calles y vimos el atardecer desde el Puente Luis I.

Atardecer en Puente Don Luis I
Turistas disfrutando a la hora del atardecer desde el Puente Don Luis I

Tomamos un café para entrar en calor y reponer fuerzas y regresamos a orillas del Duero donde comenzamos a escuchar música a lo lejos y decidimos acercarnos. Había una especie de fiesta al aire libre llena de personas locales justo debajo del puente Luis I y donde nos animamos con un par de cervezas.

Esa noche cenamos en el mismo restaurante de la vez anterior, ¡el arroz con gambas volvía a estar delicioso!

Tras un día bastante completo fuimos al hotel a desencasar.

Tercer día, hacia el centro.

Aveiro

Una de las ciudades más visitadas de la costa oeste de Portugal. Es conocida como la pequeña Venecia gracias a sus canales surcados por góndolas de colores , que se utilizaban tradicionalmente para recoger algas marinas.

Dimos un pequeño paseo por sus calles y canales, mientras caminábamos escuchamos un pequeño barullo en la plaza del ayuntamiento y nos acercamos a ver que estaba pasando.

¡El pueblo estaba en fiestas! De repente observamos que la gente comenzaban a abrir sus paraguas para recoger una especia de pan dulce que tiraban desde la azotea del ayuntamiento. No entendíamos muy bien lo que estaba pasando hasta que un local nos explicó que era parte de la tradición.


Costa Nova

Costa Nova se encuentra a tan solo media hora de Aveiro y es uno de los lugares más de moda en Portugal en los últimos tiempos.

Se caracteriza por sus pequeñas casas marineras con rayas de diferentes colores, conocidas como “palheiros”, donde antiguamente los pescadores las utilizaban para guardar las redes y a día de hoy tiene un uso mucho más variados: locales para negocios, almacenes e inclusos viviendas.

Casas de colores en Costa Nova
El mayor encanto de Costa Nova son las coloridas casas de los pescadores

Después de recorrer las calles del pueblo nos dirigimos hacia una playa muy extensa  rodeada únicamente de dunas y vegetación, nos recordaba a las playas que nos podemos encontrar en el Norte de España.


Coimbra

Una ciudad elegida por miles de estudiantes  cada año debido al prestigio de su universidad.

Llegamos a Coimbra en torno a las 14:30, dejamos las cosas en el hotel y nos dirigimos al centro para comer y retomar fuerzas.

Durante la tarde nos dejamos llevar por los rincones de la ciudad, admiramos el arte callejero, cruzamos el puente que separa la zona baja y  la zona alta de la ciudad,  visitamos la Universidad de Coimbra declarada Patrimonio de la Humanidad y  caracterizada por ser una de las universidades más antiguas de Europa, compramos un pequeño sourvenir  en una tienda tradicional portuguesa, O Mundo Fantastico Da Sardinha Portuguesa, un negocio que únicamente vende latas de conservas muy llamativas.

Para terminar de rematar la tarde tomamos algo en Café Santa Cruz, situada en la Plaza del 8 de mayo, un local construido en una iglesia rehabilitada y que anunciaba música en directo (jazz y fados)

Esa noche cenamos en el restaurante italiano il tartufo, toda la comida estaba exquisita y la relación calidad-precio era muy buena.


Cuarto día, conociendo la historia.

Amarante

Amarante es una pequeña ciudad con un gran encanto ubicada en el norte de Portugal. Si hay algo a destacar en esta ciudad es el puente de San Gonzalo construido a finales del siglo XVIII. Te recomendamos que pasees por sus calles y que le dediques al menos un par de horas a la ciudad.

Vistas de Amarante
Un hermoso municipio donde se unen la belleza de la naturaleza y el arte.

Guimaraes

Te desvelamos que ha sido nuestra ciudad estrella del viaje y que nos ha sorprendido desde el minuto cero.

Nada más llegar a la ciudad, dejamos las cosas en el hotel y directos a comer, ese día comimos en Estaminé, todo estaba delicioso y a un precio increíble. Por tan solo 14€ entre los dos disfrutamos de dos platos de sopa casera, dos zumos naturales, una quiché de Bacalao y una especie de salchichas con patatas.

Uno de los mejores alojamientos que hemos tenido la suerte de encontrar y que no podemos dejar de recomendar si visitas Guimaraes.

Alojamiento en Gimaraes
El presupuesto de los alojamientos en este viaje no llegó a 60€ por persona

Después de hacer el check in nos dirigimos hacia el castillo de Guimaraes, el mayor punto de interés de la ciudad, la entrada cuesta 2€ y podrás conocer la historia de como se unificó Portugal.

Cuando salimos del castillo, fuimos a visitar el Palacio de los Duques de Bragança otro lugar de interés turístico,  a continuación regresamos hacia el centro para explorar la ciudad, hicimos varias fotos y  tomamos una cerveza en la cervecería Martins ubicada en la plaza de la iglesia de Misericordia.

Era la última cena así que Paula buscó algo de información sobre lugares donde cenar en Guimaraes, la elección esa noche fue Já Cá Estou. ¡Toda la comida estaba increíble! y el trato del camarero fue inmejorable.


¿Nos recomiendas algún lugar que no hayamos mencionado?

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